Se enfoca en movimientos, no en músculos:
Ejercicios como sentadillas, zancadas, flexiones, y levantamientos se realizan con el objetivo de mejorar la capacidad del cuerpo para realizar tareas comunes como levantar objetos, subir escaleras o agacharse.

Mejora la fuerza, la movilidad y la estabilidad:
Al simular movimientos naturales, el entrenamiento funcional ayuda a fortalecer los músculos centrales, mejorar la flexibilidad y el equilibrio, y aumentar la potencia.

Tiene beneficios tanto dentro como fuera del gimnasio:
El entrenamiento funcional no solo te hace más fuerte en el gimnasio, sino que también te prepara para realizar actividades diarias con mayor facilidad y menos riesgo de lesiones.

Es adaptable a diferentes niveles:
El entrenamiento funcional puede ser personalizado para personas de todos los niveles de condición física, desde principiantes hasta atletas de alto rendimiento.